Cuánto desee verte crecer
nadie lo sabrá con seguridad,
hice todo lo que estaba en mi mano
y mucho más.
Fui a buscar agua de la fuente,
aquella a la que no se puede llegar,
caminé con los ojos vendados
por un puente de cristal.
Me alejé de todo
para irte a buscar,
y encontré la semilla perfecta
para poderla plantar.
Te puse al sol cada día,
inyectándome en la piel
cada una de sus vitaminas;
soñando contigo se me iba la vida.
El macetero más preciado
para ti compré
lo tenía todo preparado
pero me equivoqué.
Pues en ese macetero
sólo había arena del mar,
donde puede que crezcan muchas plantas
pero no la que yo quise plantar.
CLMS
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