es como recibir, por cada día entero,
diez gotas de agua, nada más,
y estar en medio de un desierto.
Hoy desperté rodeada de arena
pero en mi mochila ya no quedaba agua;
caminar ya no serviría de nada.
Noté como mis ojos miraban al cielo,
pedí lluvia durante algún tiempo
pero mi alma se iba hundiendo
más y más hacia el suelo.
Las nubes no llegaron en ningún momento,
el sol ardía en mi piel y mientras,
mis venas gritaban ¡tengo sed!
Conseguí arrastrarme aunque despacio
y poco a poco, resistiendo el dolor en mis brazos,
creí abrazarme a la vida,
salir del desierto en el que estaba perdida,
creí, sinceramente, que el sufrimiento acabaría.
En mi inconsciencia creía que era agua lo que bebía
mas era arena lo único que había.
CLMS
20-5-2021
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