Cuando leas mis palabras
sabrás que son para ti,
para aquella niña
que un beso recibió
y no llegó a entender,
con él, que pasó.
Lo guardaste en una cajita
y la cerraste muy bien,
pensaste que al esconderlo
nadie sabría dónde fue.
Creíste haberlo dejado
en un lugar muy seguro
pero sin darte cuenta
había desaparecido.
A veces lo buscabas.
En qué lugar lo guardaste
nunca recordabas,
pues eras demasiado niña
cuando lo recibiste en tus labios
y aquella cajita, preciada,
parecía no haber existido;
jamás diste con ella
aunque en su busca habías insistido.
Al cabo del tiempo,
de años de buscarlo
y aunque en tu vida hubo otros labios,
alguien se cruzó en tu camino
y dentro de una hermosa caja
llevaba el beso de tu destino.
CLMS
5-07-2021
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