Invariable a través del tiempo y del espacio,
sin huella que alcance mi recuerdo
pero aquí te tengo,
dentro, muy dentro.
Invulnerable ante las lágrimas que encierra
mi descuidada huida entre la niebla.
Inalterada la pasión.
Contenida la respiración.
Incalculables las horas en las que...,
sin quererlo, sin dudarlo,
mi pensamiento vuela hacia el pasado
y recorre cada centímetro de tu asfalto.
Inapropiados los sentimientos de ahogo
cuando te veo de soslayo,
y los temblores que provocan tus ojos
en mis piernas, aunque no los esté mirando.
Incomprensible lo duradero
que puede llegar a ser el fuego
cuando el agua le cae
en un sin fin continuado.
Inaccesibles tus latidos
que aun habiendo comenzado
se deslizan entre las nubes
y en un segundo han terminado.
Improvisada mi sonrisa
siempre despistada ante tal lucha,
sosegada ante el agravio
de una verdad enjaula entre la brisa.
Incalculables los momentos
del ardiente miedo entre sucesos,
de las palabras escondidas entre líneas.
¿Oyes los tambores? Llegó la hora de que te rindas.
CLMS
4-4-2022
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