Hoy por el día mundial de la poesía he rescatado algunas de aquellas que escribí de niña en un trozo de folio o en la pasta de una libreta.
No vayas a la guerra
allí puedes morir
le decía a su amado
mientras lo veía partir.
A la espera de una carta
o de una imprevista llamada
la desesperación la inundaba tanto
que se daba ya por abandonada.
Un telegrama llegó a sus manos
poniendo por escrito
que había muerto el pobre chico.
Pasaron muchos años
y cada día volvía a leer aquellas palabras,
como si fuera el primer día
cuántas lágrimas derramaba.
La gente le preguntaba:
¿Dónde está tu alegría?
Ella siempre contestaba:
Se fue a la guerra
y allí acabó toda su vida.
Poesía escrita en el año 1994-CLMS-14 AÑOS.
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